Quien ponernos misiones imposibles de cubrir en el espacio y tiempo que necesitamos para el principal combate electoral: las presidenciales.
En cada pueblo de Venezuela el régimen tiene a sus provocadores infiltrados. Muchos solo reciben limosnas que en plena hiperinflación es algo. Otros a nivel nacional son muy bien remunerados.
En nuestra región La Guaira es demasiado obvio quienes son y naturalmente hay quienes no hemos individualizados todavía. Juegan al extremismo, insultan exageradamente a los chavistas, posan a ser los más radicales.
Cuando se le clavan las banderillas al toro es para debilitarlo para las otras faenas. Se puede decir utilizando leguaje taurino que le hemos clavado con éxito todas las banderillas al régimen. Pero ahora falta el remate.
