Protestas docentes: «Hay maestros que se van a las manifestaciones sin comer»
Miles de docentes en Venezuela han protestado de forma sostenida desde marzo de 2022 por la reivindicación de sus derechos laborales. A la fecha, debido al silencio estatal, las movilizaciones en la calle siguen mientras el salario actual se devalúa y la calidad de vida de los educadores se deteriora con rapidez. Algunos asisten a las concentraciones sin desayunar, porque sus neveras están vacías.
«Hay maestros que se van a las manifestaciones sin comer. Sin comer y sin pasaje. Van a protestar pidiendo prestado porque no tienen salario. Tuvimos un caso de una colega que convulsionó en la Inspectoría del Trabajo, cuando estábamos entregando un documento en una protesta. Cuando le preguntamos si había desayunado nos dijo que no», expresó Griselda Sánchez, docente y presidenta de Formación de Dirigentes Sindicales (Fordisi).
El Observatorio Venezolano de Conflictividad Social (Ovcs) contabilizó 2.024 protestas a nivel nacional entre enero y febrero de 2023. Al menos 1.604 fueron organizadas en rechazo a las pésimas condiciones de trabajadores del sector público.
A pesar de que los trabajadores se niegan a dejar las calles, el gobierno de Nicolás Maduro no ha respondido ninguna de sus solicitudes salariales y actualmente el sueldo mínimo en el país permanece en 130 bolívares equivalentes a cinco dólares al cambio del Banco Central (BCV). Mientras tanto, la canasta básica se ubicó en 482,26 dólares en febrero, según estimaciones del Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas-FVM).
«Nosotros continuamos en asambleas permanente. Estamos escuchando a los maestros y visitando las escuelas. Vamos a organizar una gran asamblea para el día 20 de abril, porque no podemos seguir así. Los jubilados se nos han desmayado en plena protesta», comentó Luis Guillermo Padrón, presidente del Sindicato Venezolano de Maestros de Venezuela en Carabobo (Sinvemaca), a Efecto Cocuyo.
Docentes se desmayan en las protestas
Hasta cuatro horas puede durar una protesta en Caracas. En varios casos los docentes marchan por varios kilómetros hasta concentrarse en un punto específico del centro de la ciudad, donde se reúnen la mayoría de las sedes de los ministerios del país, incluyendo al Ministerio de Educación.
El recorrido es agotador para los adultos de la tercera edad y para aquellos que salen de sus hogares sin haber probado alimento alguno.
«Tenemos docentes con los que tenemos que compartir la comida, porque sabemos que tienen un día completo sin probar alimento. Uno de mis compañeros tiene que pagar 60 dólares mensuales por una habitación y cuando consigue pagarla se emociona y me dice: «Mire, profe. Que alivio, tengo dónde dormir». Hay profesores que me dicen que no van a las marchas porque se sienten mareados», dijo Edgar Machado, presidente del Sindicato Venezolano de Maestros del Distrito Capital (Sinvema).
En Carabobo, maestras cuentan que han tenido que organizarse para colaborar con dinero y comida para aquellas en situaciones en extremo precarias.
«Conozco profesoras que no comen, pero sin embargo van a las protestas. A veces son 240 bolívares que nos cancelan quincenal y eso no nos alcanza para comprar tres o cuatro artículos. Si la familia es numerosa, no alcanza para nada», señaló la docente Ana Martorana, docente de Mariara en el municipio Diego Ibarra, estado Carabobo. «Nosotros no estamos protestando para tumbar al gobierno. Esto es una lucha gremial: queremos un contrato colectivo que nos permita percibir un salario digno para poder vivir».
También en Carabobo, la maestra Jacqueline Paez indicó que el hambre y la falta de respuesta de las autoridades estatales no desanima al sector educativo. Por ello, la agenda de abril y mayo contempla múltiples manifestaciones en la entidad.
«Docentes se nos desmayan porque no tienen para comprarse ni un pan. Pero eso no nos desanima. Cada vez que llegamos a la casa y vemos la nevera vacía nos da el ánimo de salir a luchar», apuntó Paez. «Se están organizando actividades para seguir protestando por nuestros derechos. Nosotros antes podíamos incluso permitirnos pagar una casa con nuestro sueldo. Hoy apenas compramos una Harina Pan y medio cartón de huevos».
¿Qué se puede comprar con el sueldo docente?
El de Venezuela es el cuarto salario mínimo más bajo del mundo, advirtió recientemente Manuel Sutherland, economista y director del Centro de Investigación y Formación Obrera (CIFO), quien utilizó la data de Bancos centrales y ministerios de finanzas de distintos países para obtener una lista de aquellos donde la remuneración es menor a los 20 dólares.
En febrero de 2023, la ONG Provea recordó que cualquiera que gane menos de 57 dólares al mes se encuentra en el rango de pobreza extrema según los estándares de la Organización de Naciones Unidas (ONU). Los docentes en Venezuela perciben entre 7 y 30 dólares mensuales en la actualidad.
El último aumento salarial del sector educativo fue anunciado por el Ministerio de Educación en marzo de 2022. Con la devaluación del bolívar frente al dólar, la capacidad adquisitiva del docente venezolano se ha reducido progresivamente. Maestros comentan que deben elegir entre comprar alimentos y medicinas.
«Soy una persona diabética. Acabo de gastar 400 bolívares en tres frasquitos de pastillas. Yo gano 460 bolívares quincenales. Lo que me queda son 60 bolívares, menos de tres dólares, para el resto de los días», dijo Machado.
Un docente nivel VI que trabaje 53 horas a la semana gana 600,89 bolívares según las tablas oficiales publicadas (equivalentes a 24 dólares). Con esa cantidad, puede adquirir quincenalmente apenas un cartón de huevos y un kilo de queso blanco. Sánchez recordó que, para marzo de 2022, los educadores no podían costear la canasta básica completa, pero sí podían permitirse al menos siete alimentos o productos.
«Un docente podía comprar dos pollos, un kilo de carne, tres paquetes de Harina Pan, dos paquetes de arroz y un cartón de huevos. Hoy compras un kilo de pollo, medio kilo de queso y se te fue el salario», dijo la presidenta de Fordisis. «Lo que más nos preocupa es que no se le ve pronta solución al tema salarial, a pesar de que hemos hecho de todo», puntualizó.