
Lo que sucede en Colombia y en Chile no nos debe hacer olvidar que ambos gobernantes tienen menos de 10 puntos de aceptación tampoco debemos tapar las 230 víctimas el año pasado de la violencia política protegida por el mismo Presidente de Colombia Duque.
No podemos por razones tácticas perder el objetivo estratégico de nuestra lucha. Tildar este gobierno de dictadura es una exageración y no lo es no porque no quiera sino porque la sociedad civil y política no se lo permite.
Este es un gobierno totalitario con una total corrupción en los entes públicos. Tenemos que ir prefigurando con nuestra acción cotidiana el mundo que deseamos construir después de esta barbarie que dura más de 20 años.