Las redes sociales es el lugar predilecto donde los extremistas se expresan sin limitación alguna bajo el celebérrimo derecho de publicar lo que les venga en gana sin ningún tipo de mesura y sin ni siquiera hacer una pequeña pausa.
El extremismo y el radicalismo le ha hecho un daño terrible a la política venezolana. Muchos de los que escriben, son los más aguerridos y valientes guerreros del teclado, se encuentra viviendo la Dolce Vita en otras latitudes pero entre copas, manjares y excesos pretenden dar lecciones de lo que se debe hacer y como se deben hacer las cosas.
Dichos opinadores de oficio no ayudan en nada y más bien son perjudiciales. La lucha hay que darla en el país donde se asumen costos muy grandes y que aquellos que ven las cosas desde la distancia no les repercute en nada.