Salud

“Mi esposo no decidió enfermarse”, dice viuda de trabajador de Sidor que clama por ayuda de la empresa

La viuda de un sidorista relata el peregrinaje que vive al quedar sin beneficios de la empresa, después de que su esposo muriera a causa de un cáncer gástrico.

Puerto Ordaz. Wilfredo Medina, de 42 años de edad, falleció a causa de un cáncer gástrico el 31 de diciembre de 2021. Era trabajador de Sidor, con 10 años de servicio. Además del duelo que significó su muerte para la familia, se quedaron sin los beneficios de la empresa que aunque eran pocos, los ayudaban a paliar las necesidades diarias.

Desde la muerte de su esposo, Gertrudis Farías se lo comunicó a la empresa para hacer las diligencias y quedar como sobreviviente de un sidorista. La siderúrgica le envió un comunicado donde le informaba que, por las medidas anticovid, no podía ingresar a Sidor.

Le pidieron una serie de recaudos como el acta de defunción y el acta de matrimonio. Toda esa gestión se hizo en febrero de 2022, pero no fue sino hasta junio, después de tanto llamar e insistir, cuando la llamaron para que firmara la liquidación de su esposo.

“Pregunto a la licenciada con la que hablé si me podían dar ingreso a la empresa y los niños quedarían en el colegio y recibiría la bolsa de comida. Me dijo que no porque él debía tener 25 años de labor y solo tenía 10 años. Se lo admitiría si él si hubiese ido del país o nosotros nos hubiésemos separado, pero no, mi esposo murió y no tenemos ningún beneficio de Sidor. Él no decidió enfermarse”, lamentó.

Durante la enfermedad de su esposo no funcionó el seguro HCM de la empresa ni recibieron ayuda alguna de Sidor. Algunas gestiones médicas se hicieron por medio del hospital de trabajadores de la Corporación Venezolana de Guayana (CVG).

Estudios o alimentación

Al quedar sin beneficios, a los huérfanos de Wilfredo Medina tuvieron que cambiarlos de colegio privado a una escuela pública.

Les dije: ‘Mis hijos, hay que acostumbrarse a todo, porque tiene que ser así. Ahorita es bien y mañana, no’. La niña ha evolucionado bien, pero con el niño ha sido más dificultoso”, agregó la viuda.

Incluso, para este año escolar, Gertrudis había decidido no inscribirlos.

“Yo trabajo, pero no alcanza. Este año escolar no los iba a inscribir, porque prefiero darles de comer que comprarles zapatos, uniformes, útiles. O compro una cosa o compro la otra”.

Sin embargo, sus vecinos han sido un apoyo en medio de la situación que enfrenta desde que murió su esposo. Entre ellos consiguieron para donarles zapatos usados y uniformes, y así fue como comenzaron sus clases. Sin embargo, la crisis la golpea nuevamente al requerir la compra de útiles escolares que necesitan sus hijos.

Gertrudis trabaja de camarera en un hotel, fue el trabajo que consiguió para mantener a sus hijos de 15 y 12 años. Wilfredo Medina, además, dejó huérfana a una tercera hija, de 20 años de edad, quien tiene una condición especial.

Sin indemnizaciones

Desde el 7 de diciembre, Gertrudis Farías se sumó a las protestas que semanalmente hacen jubilados y pensionados del holding de la CVG a las afueras de casa matriz. Los reclamos que mantienen son por mejores pensiones y la dignificación de sus beneficios, como el acceso a un seguro HCM y mejoras en la entrega de bolsas de alimentos.

Lo que pedimos es que se cumpla con lo que está en la Constitución y nuestras contrataciones colectivas. No puede ser que paguen un salario de 130 bolívares, que se convirtieron en 8 dólares”, denunció el dirigente sindical Rubén González.

El caso de Gertrudis Farías se repite en otras tantas familias, no solo de trabajadores fallecidos en Sidor, sino del resto de las empresas básicas.

A propósito de un accidente fatal en Ferrominera, donde murió el trabajador Julio Barroso, dirigentes sindicales y delegados de prevención denunciaron en estas semanas la falta de reportes al Instituto de Salud y Seguridad Laboral (Inpsasel) y el incumplimiento de indemnización a trabajadores víctimas de accidentes laborales o sus familias.

El delegado de prevención de Venalum, José Amézquita, comentó del caso de José Navarro, un trabajador de Bauxilum que falleció hace tres años. A la fecha, la familia no ha recibido indemnización.

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