
La situación política actual no se puede analizar sin partir de la premisa que el ciudadano tiene una vida miserable.
La imposibilidad de acceder a los servicios de gas, agua, transporte, internet, telefonía fija; así como alimentos y medicinas son el común denominador de más del 80 % de la población.
El político que aspire conectarse con el sentimiento de la gente debe trabajar arduamente por liderar, organizar y movilizar alrededor de los problemas al ciudadano para que pueda ser oído y obligar al Gobierno a dar respuesta.
Más que candidatos folclóricos, inocuos, insulsos que visiten una comunidad por una mera coyuntura se requiere líderes que tengan la suficiente capacidad y mediano poder de convocatoria y una política entendible, simple y directa para organizar al pueblo. Hemos tenido ejercicios interesantes para ese tipo de organización. En el pasado se iniciaron los Clubes de Consumidores y recientemente la experiencia de los que han reclamado sus derechos a telefonía e internet a la CANTV.
Lo más importante es la no politización partidista de esos ejercicios de organización popular.