Culminamos un proceso electoral cuyo resultado no nos favoreció, pero que hay cosas de especial significación por destacar.
En cuatro meses, sin ningún recurso económico, generamos una conexión emocional con muchísimos sectores de nuestro estado y especialmente con los sectores populares.
No teníamos nada y construimos un proyecto de inclusión, bienestar y humanización de la política que generó una empatía, que enamoró a miles y los llenó de esperanza.
Hoy más de 60 mil hombres y mujeres votaron por nuestra opción.
A pesar del ventajismo, los inmensos recursos, y el poder del Estado pudimos luchar con hidalguía.
Algunas minúsculas expresiones de lo peor de la política dizque opositora actuaron desde sus bajas pasiones para evitar una victoria, que hubiese llenado de alegría a nuestra gente. Ellos no tuvieron el peso para frenarlo; fue la abstención, y en especial de la clase media quien nos venció.
Nuestra obligación es seguir trabajando incansablemente por no defraudar la confianza que nos fue depositada y desde ya prepararnos de cara al futuro.
