La herencia populista y caudillesca en América Latina

Nuevo debate surge en redes sociales, luego de ver como el Presidente de El Salvador Nayib Bukele, hace uso excesivo del poder a través del Parlamento para destituir al Tribunal Constitucional y al Fiscal de dicho país, violentando así la separación y el equilibrio del poder, siendo estos principios sine quo non para que exista democracia.
Sorprende como personas que se denominan demócratas apoyaron de forma automática dicha acción que es en esencia contraria a las garantías procedimentales de un sistema democrático.
La historia latinoamericana ha estado cargada de un imborrable impacto caudillesco y populista, que imposibilita el desarrollo de una cultura política democrática. Usualmente la sociedad afectada por la destrucción del tejido social y económico, aspira a conseguir un “outsider” carismático, a la búsqueda del hombre nuevo, que reinvente la historia de la Nación, desaparezca las huellas de otras corrientes políticas, acabe con la corrupción de los sistemas tradiciones y pongan “orden a través del abuso del poder”.
Robert Neuman decía que la “dictadura ocurre generalmente en países donde las masas carecen de conciencia política”. Luego de tantos ejemplos de vileza y crueldad provocada por sistema de corte autoritaria, aun no logramos la reflexión necesaria acerca de la necesidad de construir un modelo efectivamente democrático.
¿Qué implica la democracia? Algunos conceptos primitivos consideran que dicho sistema se caracteriza por la simple convocatoria a elecciones, dejando a un lado la separación de poderes, el equilibrio, el respeto al Estado de Derecho y justicia, la libertad, los contrapesos al ejercicio de las funciones del poder. El gobernante es por definición un mandatario, que cumple las funciones que delega la ciudadanía en cumplimiento del ejercicio de la soberanía, de manera que está subordinado a la Ley y a la voluntad popular.
La democracia aun siendo un sistema imperfecto, está indisolublemente ligada al desarrollo económico y social de una Nación, es el método por excelencia para satisfacer las demandas de la colectividad y para lograr el respeto a la libertad y al ciudadano.
Brayann Baptiste