
El repentino fallecimiento del gobernador del Estado La Guaira Jorge Luis García Carneiro generó un sismo en la política, tanto de oficialistas como de opositores.
Carneiro con sus virtudes y defectos era una figura que tenía un control pleno y absoluto del PSUV en la región, por lo que su ausencia y peso político no la puede ocupar ninguno, así detente el cargo.
El mando alto de gobierno que era cercano al gobernador tiene un descrédito ante la opinión pública. El único que es evaluado en positivo, por su trabajo, es el Secretario de Seguridad Ciudadana Andrés Gongalvez.
La ausencia de García Carneiro constituye una debilidad objetiva para el PSUV quienes ya no tiene como candidato a quien iba por su cuarto periodo con una gestión que tiene sus detractores y quienes la apoyan. Es variopinto, sin duda que el Covid 19 lo dejó muy expuesto en el tema salud, al igual que el agua y el gas.
En la oposición hay quienes están claros en oportunidad que se abre para poder lograr vencer en el proceso electoral convocado para el 21N. Sin embargo, lo más complejo en el camino hacia la construcción de esa opción para tener una unidad de todos, o lo más parecido, y obviamente definir quién sea la figura que nos represente a todos. No con cualquiera se le puede ganar al PSUV.
Este es un ejercicio complejo más no imposible.
No tengo la menor duda de que los podemos derrotar contundentemente.