s más que obvio que el alcalde Alejandro Teran y el gobernador (E,) José Manuel Suárez están apoyando con su silencio cómplice e inacción la apropiación ilícita del lote de terreno que constituye las áreas verdes de la urbanización Los Corales.
Detrás de este despojo de los primeros miles de metros de las precitadas áreas verdes, hay sin duda alguna un plan que se está ejecutando y que nada de lo ocurrido es un hecho aislado.
El trasfondo de este desaguisado indica, por lógica simple, que están en la mira miles de metros áreas verdes y más 5.000 apartamentos de clase media que están sus propietarios en el extranjero y que dejaron a parientes para que de vez en cuando le den una vuelta.
Por cierto que estos propietarios son fieles cumplidores de sus responsabilidades en las cuotas ordinarias y eventuales de los espacios o áreas comunes de sus inmuebles.
Hay una colombiana que es la punta de lanza donde juegan los intereses de varios dirigentes del PSUV y funcionarios de la gobernación y alcaldía que están comprando a los asustados propietarios a precios de gallina flaca sus inmuebles. Hay cientos de millones de dólares en juego.
