El pueblo ya no soporta esta situación y está a punto de estallar

Como socióloga tengo mis propias deducciones que mi permanente roce con la realidad me esta evidenciado cada día con más claridad y total nitidez. Solo que los extremistas del teclado y los seudolideres opositores y chavistas alejados de la cruda realidad de los barrios no saben ni entenderán nunca encerrados en una ”camisa de fuerza” que les proporcionan sus obsoletos criterios, epítetos e hipócrita mentalidad social.
Hay que reconstruir urgentemente la oposición en el estado La Guaira, Municipio Vargas. Esto es de urgencia. Se avecina una explosión social que debemos trasformar en explosión electoral, para evitar males mayores, para evitar que pueda surgir de la nada otro fraude como el chavismo. Pero no podemos repetir los errores que hemos estado cometiendo una y otra vez desde hace 20 años.
Cada región tiene sus especificidades y esas hay que tomarlas en cuenta. Hay que reconocer que solo en el papel medio existen cuatro partidos en la región y debilitados. Los partidos son necesarios e indispensables para reconstruir la democracia, pero no pueden ser franquicias manejadas desde Caracas con uno o dos representantes en el sitio, muchos de ellos con pésimo comportamiento ético, pretenciosos, engreídos sin condiciones morales y poder de convocatoria.
Algunos de ellos han sido acusados de ser provocadores al servicio del régimen. Es obvio que todo régimen tiene provocadores, tiene espías. Reconocer contundentemente también que los extremistas del teclado favorecen abiertamente, objetivamente al régimen.
Son muchas cosas que debemos evitar, deslindado de extremistas del teclado y por el otro lado y de seudo-opositores.
Propongo unir la oposición –por ahora- alrededor de una figura conocida, probada y que realmente represente a la oposición. Es la manera más práctica, pragmática y relativamente fácil de reconstruir la oposición. En esa tarea democrática, pacifica, factible emergerán líderes en los distintos barrios alrededor de esa posibilidad electoral. De una esperanza. Sembremos esperanzas.