
Soy independiente desde hace 21 años y seguiré conservando esa actitud ante los partidos políticos, aun entendiendo que son indispensables para el ejercicio de la democracia.
Nunca he dejado de hacer oposición sin llegar a los extremos que nos ha conducido una infeliz polarización que ha permitido todo en este país y no ha impedido que pillos y farsantes de adueñen de cargos públicos y en algunos casos lleguen a las direccionales nacionales de partidos opositores.
Es obvio que existe una oposición extremista que le hace el juego al gobierno, a ella pertenecen de una manera consciente o no miles de guerrilleros del teclado.
Hay que ir al seno del pueblo a organizarlo, crear miles de movimiento de movimientos en favor de las reivindicaciones más sentidas, de los problemas de las comunidades. Un trabajo de hormiguita.