Salud

Desconectar de las redes sociales una semana puede mejorar el bienestar

Jeff Lambert, Universidad de Bath: “Sabemos que el uso de las redes sociales es enorme y que cada vez hay más preocupación sobre sus efectos en la salud mental”

Dejar de navegar por las redes sociales durante solo una semana podría conducir a mejoras significativas en el bienestar, la depresión y la ansiedad y, en el futuro, podría recomendarse como una forma de ayudar a las personas a controlar su salud mental.

Son los resultados de un nuevo estudio realizado por un equipo de investigadores de la Universidad de Bath (Reino Unido). Pasar unos días sin asomarse a Instagram, Facebook, Twitter y Tiktok resultó liberador para algunos de los participantes en el estudio.

Las ‘social media’ llegaron para revolucionar la comunicación social, permitiendo a los usuarios interactuar con amigos y familiares y conocer a otras personas en función de intereses compartidos.

Dicen los investigadores que en el Reino Unido, el número de adultos que las utilizan pasó del 45% al 71% entre 2011 y 2021 y entre el 90% y el 97% de los usuarios tiene entre 16 y 44 años. Además, el 95% de los adultos ha utilizado Internet en los últimos tres meses, siendo las ‘rrss’ la actividad más frecuente.

Facebook, Instagram y Twitter son tres de las plataformas más populares, con cerca de 4.000 millones de usuarios, mientras TikTok ha experimentado un aumento exponencial de 7,5 millones de usuarios durante la pandemia. Esta adopción generalizada de las redes sociales ha dado lugar a gran cantidad de investigaciones para conocer su impacto en la salud física y mental de las personas.

Los resultados de esta nueva investigación han sido publicados este mes de mayo en la revista estadounidense Cyberpsychology, Behavior and Social Networking. En el estudio, han participado 154 personas de entre 18 y 72 años que usaban las redes sociales todos los días. Los investigadores les asignaron aleatoriamente una de estas dos opciones: Un grupo de intervención, al que se pidió que dejaran de usar todas ellas durante una semana o un grupo de control, en el que podían continuar navegando con normalidad.

Beneficio a corto plazo

Al comienzo del estudio, se tomaron las puntuaciones de referencia para la ansiedad, la depresión y el bienestar. Los participantes informaron pasar un promedio de ocho horas por semana en las redes sociales. Una semana después, los participantes a los que se les pidió que tomaran un descanso tuvieron mejoras significativas en el bienestar, la depresión y la ansiedad en comparación con los que continuaron usando las redes sociales, lo que sugiere un beneficio a corto plazo.

Los participantes a los que se les pidió tomar un descanso de una semana informaron que usaron las redes sociales durante un promedio de 21 minutos en comparación con un promedio de siete horas para los del grupo de control. Se proporcionaron estadísticas de uso de la pantalla para verificar que las personas se habían adherido al descanso.

El investigador principal del Departamento de Salud de Bath, Jeff Lambert, explica que “desplazarse por las redes sociales es tan omnipresente que muchos de nosotros lo hacemos casi sin pensar desde el momento en que nos despertamos hasta que cerramos los ojos por la noche” y añade que «sabemos que el uso de las redes sociales es enorme y que cada vez hay más preocupaciones sobre sus efectos en la salud mental”.

Lambert añade que “muchos de nuestros participantes informaron efectos positivos al estar fuera de las redes sociales con un mejor estado de ánimo y menos ansiedad en general. Esto sugiere que incluso un pequeño descanso puede tener un impacto”. En su opinión, las redes sociales son parte de la vida y para muchas personas, parte indispensable de quiénes son y cómo interactúan. Pero si pasa horas cada semana desplazándose y siente que lo está afectando negativamente, podría valer la pena reducir su uso para ver si ayuda”.

El equipo de investigadores quiere aprovechar el estudio para ver si tomar un breve descanso puede ayudar a diferentes poblaciones (personas más jóvenes o con problemas de salud física y mental), así como hacer un seguimiento de las personas durante más de una semana, para ver si los beneficios aumentan con el tiempo. Piensan que quizá en el futuro esto podría formar parte del conjunto de opciones clínicas utilizadas para ayudar a controlar la salud mental.

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