Opinión
Derrotados el dúo Maduro-Diosdado
Buena parte de los ministros se mudó para Barinas, el capitán Cabello asumió el mando pleno, las emisoras de radio fueron amenazadas si entrevistaban a Sergio Garrido, candidato al que tampoco le aceptaron las cuñas aunque las pagara. Maduro, en otro acto de sinvergüenzura ordenó al resto de los gobernadores rojitos trasladar a los electores que pudieran vivir en sus estados, pero que estuvieran inscritos en Barinas, para que votaran el domingo. Nada de esto sirvió. Recibieron una soberana pela.