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Crisis alimentaria: 7 de cada 10 venezolanos no comen carne de res

Una investigación reveló que 56% de los venezolanos utiliza sus ahorros para poder adquirir alimentos

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En este sentido la investigación realizada por el OVSAN apunta que en Venezuela solamente 9% de las familias viven en una situación de seguridad alimentaria, mientras que 90,7% se encuentra en los tres restantes escalafones.

“La familia venezolana ha sacrificado sus bienes y medios de vida para enfrentar el hambre y la inseguridad alimentaria, que vulneran la salud y la vida de los integrantes de la familia”, refiere el estudio.

Al analizar los datos recopilados en la encuesta realizada por el organismo se descubrió que las entidades donde se registran los mayores porcentajes de inseguridad alimentaria son:

Amazonas (83,3%)

Apure (52,9%)

Falcón (52,9%)

Delta Amacuro (50,0%)

Yaracuy (40,4%)

“La situación es más grave en las poblaciones no urbanas que en las urbanas, lo cual habla de un posible abandono de las actividades económicas que podrían servir para aliviar la escasez de alimentos, así como de sus precios altos (por ejemplo, la agricultura y ganadería, que son utilizadas en buena medida para la alimentación propia y no con el fin de comercializar alimentos)”, añaden.

Las cifras publicadas por el OVSAN suponen un franco deterioro de la realidad alimentaria de Venezuela con respecto al año 2020. En esa oportunidad un informe elaborado por La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) estimó que 32,3% de los venezolanos se encuentran en una situación de inseguridad alimentaria.

“Para sobrevivir, el 33% de los hogares ha aceptado trabajar a cambio de comida y el 20% ha vendido bienes familiares para cubrir necesidades básicas. Seis de cada diez familias han gastado sus ahorros en comida”, se leía en el informe publicado en 2020.

El estudio presentado por el OVSAN identificó cuáles son las estrategias que emplean los hogares menos favorecidos para hacer frente a la actual situación. Entre las soluciones utilizadas destacan aspectos como el enviar a uno o más miembros de la familia a que se alimenten en comedores populares para de esta forma disminuir gastos.

La reducción de gastos en salud y educación, así como la venta de bienes del hogar y activos productivos, son otras de las vías empleadas por los ciudadanos.

Alimentos para niños

Con el objetivo de brindar comida a niños en situación vulnerable, el Programa Mundial de Aalimentos (PMA) firmó un acuerdo con el régimen de Nicolás Maduro para brindar apoyo a menores al menos hasta el año 2023.

La ayuda del organismo internacional supondrá que en su primera fase unos 185.000 niños, de instituciones preescolares o de educación especial, recibirán comidas escolares nutritivas.

La meta de este proyecto es que para 2022 – 2023 este programa brinde alimentos a 1.500.000 de niños. Para cumplir dicho objetivo se dispondrá de un presupuesto de 190 millones de dólares correspondientes al Plan de Respuesta Humanitaria de la Organización de Naciones Unidas (ONU).

El informe publicado por el Observatorio Venezolanos de Seguridad Alimentaria y Nutrición da cuenta de cómo el hambre se ha convertido en la realidad de millones de venezolanos que se ven afectados por las erradas políticas económicas del Estado venezolano.

de Venezuela ha tenido un impacto en la dieta de los venezolanos. Alimentos que hasta hace algunos años eran de consumo habitual se convirtieron en productos de lujo que están al alcance de solo un pequeño porcentaje de la población.

Un estudio publicado por el Observatorio Venezolanos de Seguridad Alimentaria y Nutrición (OVSAN) revela el alcance de la inseguridad alimentaria que impera en el país.

Uno de los resultados que arrojó la investigación, realizada entre diciembre de 2020 y febrero de 2021, es que cerca de 70% de los venezolanos no consumen carne de res, debido, entre otras cosas, a su elevado precio. Estas cifras respaldan los pronunciamientos que se han producido desde sectores como la Confederación Nacional de Agricultores y Ganaderos de Venezuela (Confagan) y el Instituto Venezolano de la Leche y la Carne (Invelecar).

Según estimaciones de este último, en el país se consumen unos tres kilogramos de carne por persona, lo que ubica a Venezuela como uno de los países con la menor ingesta de esta proteína en toda la región.

La situación en materia alimentaria es aún más alarmante al observar que los niveles de consumo de otros alimentos como por ejemplo el pescado, al cual solo tiene acceso 13.7 % de la población.

Migración. En 30% de los hogares encuestados al menos un miembro ha emigrado a otro país.

En el extremo contrario se encuentran otros rubros como las harinas, grasas, azúcares y tubérculos los cuales son consumidos en promedio por 86,6% de los venezolanos. La principal consecuencia de esto, según explica el observatorio, es que la alimentación de la ciudadanía es poco variada y de una escasa calidad nutricional. Sostienen que todo esto tiene un impacto negativo en la salud física y mental de las personas pues no reciben los nutrientes necesarios.

Desde el OVSAN apuntan que existen otros factores que también demuestran la inseguridad alimentaria que viven los venezolanos. Entre ellos destacan el hecho de que 74% de los consultados adquieren sus alimentos de forma diaria pues no cuentan con los recursos para hacer compras para plazos más largos.

Mientras que 56% de los venezolanos se ven obligados a tener que utilizar sus ahorros para poder acceder a ellos, 44% trabaja con pagos en alimentos y 55% restringe el consumo de alimentos.

Inseguridad alimentaria

Foto cortesía

El observatorio indica que tomando en cuenta la metodología empleada por el Programa Mundial de Alimentos (PMA) para medir el Índice de Seguridad Alimentaria (ISA) puede afirmarse que la situación que se vive en el país es en extremo alarmante.

El índice mencionado por el organismo toma en cuenta tres variables para evaluar la capacidad de un hogar de suplir tanto las necesidades alimentarias como no alimentarias esenciales.

Estos son el consumo de alimentos, la vulnerabilidad económica y el agotamiento de activos a través de las estrategias de sobrevivencia (medios de vida). En función de estos aspectos se puede clasificar un hogar como seguro, con seguridad marginal, con inseguridad alimentaria moderada y severa.

En este sentido la investigación realizada por el OVSAN apunta que en Venezuela solamente 9% de las familias viven en una situación de seguridad alimentaria, mientras que 90,7% se encuentra en los tres restantes escalafones.

“La familia venezolana ha sacrificado sus bienes y medios de vida para enfrentar el hambre y la inseguridad alimentaria, que vulneran la salud y la vida de los integrantes de la familia”, refiere el estudio.

Al analizar los datos recopilados en la encuesta realizada por el organismo se descubrió que las entidades donde se registran los mayores porcentajes de inseguridad alimentaria son:

Amazonas (83,3%)

Apure (52,9%)

Falcón (52,9%)

Delta Amacuro (50,0%)

Yaracuy (40,4%)

“La situación es más grave en las poblaciones no urbanas que en las urbanas, lo cual habla de un posible abandono de las actividades económicas que podrían servir para aliviar la escasez de alimentos, así como de sus precios altos (por ejemplo, la agricultura y ganadería, que son utilizadas en buena medida para la alimentación propia y no con el fin de comercializar alimentos)”, añaden.

Las cifras publicadas por el OVSAN suponen un franco deterioro de la realidad alimentaria de Venezuela con respecto al año 2020. En esa oportunidad un informe elaborado por La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) estimó que 32,3% de los venezolanos se encuentran en una situación de inseguridad alimentaria.

“Para sobrevivir, el 33% de los hogares ha aceptado trabajar a cambio de comida y el 20% ha vendido bienes familiares para cubrir necesidades básicas. Seis de cada diez familias han gastado sus ahorros en comida”, se leía en el informe publicado en 2020.

El estudio presentado por el OVSAN identificó cuáles son las estrategias que emplean los hogares menos favorecidos para hacer frente a la actual situación. Entre las soluciones utilizadas destacan aspectos como el enviar a uno o más miembros de la familia a que se alimenten en comedores populares para de esta forma disminuir gastos.

La reducción de gastos en salud y educación, así como la venta de bienes del hogar y activos productivos, son otras de las vías empleadas por los ciudadanos.

Alimentos para niños

Con el objetivo de brindar comida a niños en situación vulnerable, el Programa Mundial de Aalimentos (PMA) firmó un acuerdo con el régimen de Nicolás Maduro para brindar apoyo a menores al menos hasta el año 2023.

La ayuda del organismo internacional supondrá que en su primera fase unos 185.000 niños, de instituciones preescolares o de educación especial, recibirán comidas escolares nutritivas.

La meta de este proyecto es que para 2022 – 2023 este programa brinde alimentos a 1.500.000 de niños. Para cumplir dicho objetivo se dispondrá de un presupuesto de 190 millones de dólares correspondientes al Plan de Respuesta Humanitaria de la Organización de Naciones Unidas (ONU).

El informe publicado por el Observatorio Venezolanos de Seguridad Alimentaria y Nutrición da cuenta de cómo el hambre se ha convertido en la realidad de millones de venezolanos que se ven afectados por las erradas políticas económicas del Estado venezolano.

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