
Recientemente hemos tenido fuertes precipitaciones y hemos sufrido las consecuencias de ellas en alguna de las parroquias del estado La Guaira.
Ríos y quebradas crecieron generando zozobra, temor y pánico en los habitantes en zonas aledañas a ellos.
San Julián, La Llanada y Piedra Azul aumentaron su caudal de manera alarmante, y El Cojo se desbordó causando múltiples daños a dos edificios, también algunas viviendas y vehículos fueron afectados.
No podemos evitar las lluvias, pero si podemos actuar diligentemente para tratar de minimizar sus efectos.
La limpieza de ríos y quebradas es una prioridad que debe profundizarse; hay muchos sedimentos, piedras y troncos que deben ser removidos.
Son muchos los hogares que están en situación de riesgo inminente. Necesitamos estar preparados desde todos los aspectos.