A pesar de las reiteradas denuncias, las aguas servidas corren libremente por varios sectores de la parroquia Naiguatá, generando un foco latente de enfermedades, de inicio Nancy Requena, Coordinadora de Asuntos Municipales de Un Nuevo Tiempo en Vargas.
Manifestó que desde hace 20 años al frente a la cancha deportiva de Pueblo Abajo se están desbordando, por lo que los niños y jóvenes que van a las instalaciones se ven expuestos a los malos olores y la contaminación.
«Es inaudito que en tantos años no exista voluntad gubernamental para solventar esta situación que pone en peligro la salud de todos los habitantes», repudió la dirigente de la tolda azul.
